-Al verlos, tuve unas ganas súbitas de llorar. Aquel iluminado palpitar de las estrellas.-Yo me sentía oprimida como bajo un cielo pesado de tormenta.
- Su estrecho y sinuoso cerebro.
- Y a mí llegaban en oleadas, primero, ingenuos recuerdos, sueños, luchas, mi propio presente vacilante, y luego agudas alegrías, tristeza, desesperación, una crispación importante de la vida y un anegarse en la nada. Angustiosa armonía sin luz.
- ¡Cuántos días sin importancia! ¡Cuántos días inútiles! Días llenos de historias, demasiadas historias turbias.
- Es bonito ver dormir a la personas que se quieren.
- ¿Cómo podría yo suponer lo que ha venido después? Era ya como el final de una novela. Como el final de todas las tristezas. ¿Cómo me podía imaginar yo que iba a empezar lo peor?
- Como una tempestad inevitable.
- ... Por el aspecto de tragedia que tomaban los aspectos más nímios....
- Necesidad que sienten todos los seres poco agraciados de pagar materialmente lo que para ellos es extraordinario: el interés y la simpatía.
- Su voz venía cargada de agua.
- Tú no dominarás tu cuerpo y tu alma. Tú no podrás dominarlos.
- Aquel iba a ser un día de esos que en apariencia son iguales a los otros, inofensivos como todos, pero en los que, de pronto, una ligerísima raya hace torcerse todo el curso de nuestra vida.
- Entonces fue cuando tuve la sensaciónde que una raya, fina como un cabello, partía mi vida, y como a un vaso, la quebraba.
- Pero ahora no era un presentimiento, sino la certeza de que algo malo había sucedido.
- La vida volvía a ser solitaria para mí... Lo tomé con resignación... empecé a darme cuenta de que se aguantan mucho mejor las contrariedades grandes que las pequeñas nimiedades de cada día.
- Alguna vez me aterraba pensar en cómo los elementos de mi vida aparecían y se disolvían para siempre apenas empezaba a considerarlas como inmutables.
