¡Cuánto rato te he mirado
sin mirarte a ti, en la imagen
exacta e inaccesible
que te traiciona el espejo!
«Bésame», dices. Te beso,
y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán
tus labios en el espejo.
«Toda el alma para ti»,
murmuras, pero en el pecho
siento un vacío que sólo
me lo llenará ese alma
que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.
(¡Cuánto rato te he mirado!) PRESAGIOS- 1924
"No lo diré: entre tus labios me tienes,
Beso te doy, pero no claridades.
Que compasiones nocturnas te basten
Y lo demás a las sombras
Déjaselo, porque yo he sido hecha
Para la sed de los labios que nunca preguntan."
(Agua en la noche, serpiente indecisa)

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